Bueno pues ya he visto la tercera temporada de Picard. Después de ver el truño que fue la segunda no tenía muchas ganas pero oyendo por ahí que no estaba mal al final di mi brazo a torcer. Y llevaban razón. No está mal, por lo menos han sabido hacer en Star Trek lo que no han podido o querido hacer en Star Wars, es decir juntar de nuevo a toda la tripulación del Enterprise D, vamos de La Nueva Generación. Les ha costado tres temporadas pero al final han dado un producto digerible.
Hombre, podría haber estado aún mejor. Y si no la has visto y no quieres comerte unos SPOILERS BIEN GORDOS deja de leer a partir de aquí. Avisados estáis. Los primeros 4 capítulos están bien, los siguientes 4 flojean un poco, con demasiadas escenas de gente hablando y los 2 últimos están muy curiosos e incluyen incluso un homenaje al final de El retorno del Jedi.
Han perdido la oportunidad de sacarnos a unos borgs zombis y de mostrarnos a una flota klingon salvando a la Tierra de la enésima corrupción de la Flota Estelar, el villano habitual de las últimas películas y series de Star Trek. ¿Qué falta hace un klingon, un romulano o un gorn si tienes de villano a la Flota Estelar? Lo del Worf pacifista no acabo de verlo pero por lo menos te ríes con sus chascarrillos y ha logrado que soporte las escenas con la tal Raffi de los cojones, una señora que me resultaba insoportable en las dos temporadas anteriores.
No sé, a ésas alturas de la historia yo me imaginaba a Worf como embajador klingon en la Tierra o incluso de canciller del Imperio Klingon. Pero no, es sólo un James Bond con espada. Pero vamos que es por ponerle pegas. Como fan de Star Trek: La nueva generación he disfrutado de ésta temporada y aparecen personajes clásicos de la serie como la Comandante (ahora Almirante) Shelby (sí, la rubia tocapelotas de Lo mejor de dos mundos) o la Alférez (ahora Comandante) Ro Laren. Y encima han metido personajes nuevos como el clon de Han Solo llamado Jack Crusher o el Capitán Shaw de la U.S.S Titán, un hijoputa y un cabrón pero como personaje, excecional. Un hallazgo, sí señor.
