viernes, 14 de octubre de 2022

AVENTURAS CON EL DR. GOYITO... MI VILLANO FAVORITO...

 He visto cosas que no creeríais, como decía el amigo Roy Batty... El otro día mi madre tenía problemas para respirar y la llevamos a urgencias de un hospital del que no voy a decir el nombre. Lo que sí diré como pista es que entre los familiares lo conocemos como "El Goyito" de las veces que hemos tenido que ir allí. Y en verdad que he visto cosas difíciles de creer. Por ejemplo le comento a una enfermera de urgencias que quizá como a mi madre le cuesta respirar la mascarilla sería una dificultad más. Respuesta de la enfermera: "Esto es un hospital y tiene que llevar la mascarilla" con la misma lógica que tenía un dóberman al extremo de una cadena sujeta a la mano de un guardia nazi. Curiosamente al lado había un tipo custodiado por la policía que estaba atado a una cama con la mascarilla en el cuello. Pero a ése no procedió a ponérsela bien, ni a echarle la charla. Ya se sabe, psicología de dóberman, fuerte con los débiles y débil con los fuertes. Ésa misma enfermera le realizó luego una prueba de Covid de esas de meter un bastoncillo por la nariz con cierta mala leche, la verdad, o eso percibí. 
 
 
Y es que parecen no escucharte cuando vas de acompañante. Eres meramente un estorbo. Luego cuando el enfermo eres tú te tratan de puta madre, pero a los acompañantes, familiares y demás animalillos similares, a patadas. O quizá yo me pongo más nervioso cuando otra persona depende de mí y me importan tres cojones las perrerías que me hagan a mí. También puede ser eso. Pero he visto cosas muy raras. Por ejemplo un par de enfermeras colando a unas colegas en una prueba de ecocardiograma. Y encima haciendo el paripé, "Anda, pero si eres tú, no te había conocido", claro que no, por eso le has guiñado el ojo y has hecho un gesto con la cabeza cuando has entrado por la puerta, porque no la habías conocido. En ésa misma sala, esperando a que saliera mi madre de la prueba había pegatinas en algunos asientos que llamaban a respetar la distancia personal. Hasta que llegó una enfermera con rebeca azul que me recordó a la que salía en Porky's y que procedió a ir retirándolas de los asientos una por una para luego tirarlas a una papelera de color amarillo pollito. No me pude contener y exclamé: "Españoles, el Covid ha muerto". Me miró raro y siguió con su cruzada particular. Y lo de las ambulancias tienen que hacérselo mirar. Pedir una a las 4 de la tarde y que llegue a las 9 de la noche no es de recibo, sobre todo con enfermos. Todo el mundo en la planta me advirtió de lo de las ambulancias y que incluso llegaban a trasladar a los enfermos de alta a las 2 de la madrugada. Como al día siguiente era fiesta le comenté a la enfermera de tarde que si podía darme las medicinas que mi madre necesitaría al día siguiente y ya iría yo después a la farmacia a por el resto. Y me dijo tan campanuda: "Y por qué, si la ambulancia está al llegar". Esto me lo dijo a las 5 o por ahí. Luego tuvo que reclamarla cuatro veces y terminó por darme las medicinas. 
 
 
Ah y como guinda final, el doctor me dijo que me llamaría el jueves para darme el resultado de una prueba de la que todavía no tenían el resultado. Estamos a viernes y aún no me ha llamado. Ni creo que lo haga ya. En fin, adorno éste texto para quedarme a gusto con un par de dibujillos que hice durante las noches en que me quedé en el hospital para acompañar a mi madre. Por supuesto hubo un montón de sanitarios atentos, educados y cariñosos con mi madre. Pero ya se sabe, lo que más resalta acaba siendo lo malo. Quizá soy yo que tengo repeluco a las organizaciones pero cada vez que acabo allí por algún motivo termino pensando que todo el mundo está loco menos yo...

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