Bueno, por fin he encontrado una película de vacas que está bien. Supongo que será la excepción a mi regla de que cuantas más vacas en una película del Oeste, más peñazo es. Pues ésta no.
Dirigida por Charles Marquis Warren y protagonizada por Joel McCrea, Gloria Talbott, John Haggerty y Phyllis Coates es la primera película en la que me explican de verdad cómo era eso de mover un montón de vacas por el oeste. Cómo las contaban, cómo ponían algunas al frente para que tiraran de las demás, cómo mandaban al cocinero a las que iban a dar mucho por culo, como los ríos en el trayecto eran lo más importante... Vamos, en mi caso, lo nunca visto en una película de vacas. Ni siquiera en la muy sobrevalorada Río Rojo. Y además en ésta no sólo hay un rebaño en el viaje, sino dos y quien llegue primero a un fuerte del ejército a vender las vacas se lleva toda la pasta... Vamos lo que viene siendo una carrera de vacas.
Y además Joel McCrea se vuelve a salir de su papel habitual de vaquero bonachón y aquí es un poquito hijo de puta. Al principio, claro, luego se reforma. Cosas de Jolipus y tal. Y además su personaje tiene una historia anterior con los dueños de las vacas y con el pueblo en el que casi lo linchan al principio. Y no les cuento más por si la ven. Lo dicho una película que invalida la Ley de Telly sobre Rumiantes del Oeste. O la confirma, vaya usted a saber. Ea, hasta otra forasteros.
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