EN SUPERMAN III EL BUENO DE GUS GORMAN ESTÁ POSEÍDO POR BRAINIAC, EA, YA LO HE DICHO...

Siempre que veo Superman III me rechina que el amigo Gus Gorman le quite protagonismo a Superman. Y que la película sea una mezcla de comedia y acción. Tiene cosas muy buenas como el Superman chungales que bebe, se acuesta con la novieta del malo y se dedica a perforar superpetroleros. Pero quizá la película es algo difícil de digerir y da algo de ardor. Pero aquí viene Telly con la sal de frutas. ¿Y si les dijera que Gus Gorman está poseído por el espíritu de Brainiac que le ha influído desde el espacio profundo para convertirse en un maestro de las computadoras? 

Vale, mi hermano me dijo que si el espectador tenía que poner de su parte en una película ésta ya no era buena. Pero bueno, el cerebro está para usarlo.Y es la única explicación razonable a que éste señor desempleado termine dominando las computadoras, los satélites y demás cacharros tecnológicos después de un curso de informática. A ver, no tengo nada en contra de Gus, de hecho me cae bien, como todos los de la familia Gorman. El teniente Gorman es otro de mis personajes favoritos... Ya saben, aquél de Aliens, el regreso que se vuela por los aires con la soldado de primera clase Vasquez.

Así que ahí está la explicación, es Brainiac quien le influye y por eso no se mata cuando cae del rascacielos disfrazado de Barbie Esquiadora.

Y también por esa razón termina construyendo una supercomputadora en mitad del Cañón del Colorado con la pasta del clon de Lex Luthor que se sacaron para la película, magistralmente interpretado eso sí por el bueno de Robert Vaughn.

Pues nada, era mi forma de aportar algo de luz a ésta época oscura en la que es Batman y no Superman quien maneja el cotarro. Así nos va, Superman casi siempre haciendo de villano como en Injustice con los brillantes colores de su uniforme oscurecidos hasta la saciedad mientras tenemos a Batman hasta en la sopa. Eh, y el justiciero de Gotham me gusta. Pero hubo una época en la que en su lugar estaba Superman... Y no era una época tan lejana, sólo los ochenta. Tiempos más luminosos y civilizados...