lunes, 16 de noviembre de 2020

Algunos hombres sólo quieren ver arder Troya...

 Bueno, pues ya estoy otra vez por aquí para despotricar. Verán, llevo como una semana peleándome con éste libro de aquí abajo:


Ya me había leído otro libro de Gisbert Haefs sobre Aníbal y me había gustado así que piqué con éste. Pues bien, estoy hasta las narices de éste libro. Vamos a ver, esto va de la guerra de Troya ¿no? Pues no, va de un consorcio de mercaderes compuesto por egipcios, asirios, babilonios, algún que otro pirata, caldeos, cananeos... bueno en general gente de oriente que cuenta incluso con una isla secreta donde guardar sus productos. Son gente limpia, civilizada, que se baña a menudo, no como los guarros de los aqueos que quieren saquear Troya. Tienen tantas ganas de saquear Troya que han conseguido que Menelao se case con Helena para tener un "casus belli". El pérfido Ulises ha sido el que ha diseñado el plan. Me pregunto si también convenció al frentemono de Paris para ligársela y arramblar con ella y todas sus pertenencias y salir pitando a Troya. Pero vamos eso es todo lo que hablan de la Guerra de Troya. Página 257. La Guerra todavía no ha comenzado. Ha descrito los miles de naves que van hacia allí con algunos nombres chuscos como Culo de perro o Rabito... Pero de la Guerra nada de nada. Eso sí, en ésa página nuestro aguerrido protagonista Awil-Ninurta se droga y se pone a follar con su ligue, a la sazón otra comercianta que responde al nombre de Tashmetu. Iba a hacer un chiste con su nombre pero sería muy zafio. Es que el muchacho ha sido traicionado por un rey con el que comerciaba y ha terminado preso de los hititas. Tranquilos, luego se escapa con ayuda de una esclava a la que ha liberado y de paso preñado, con lo cual que la chica, experta en hierbas y demás "drongas" se ve obligada a tomarse un bebedizo para abortar. Pues eso, que el muchacho después de pasarlo tan mal pues se dedica a copular cual conejo en celo. Dos páginas de folleteo con drogas, en los que se tapan los ojos, se atan uno a otro, sueñan que vuelan, todo muy bonito y tal. Total que si en 257 páginas te ha contado todo eso de los mercachifles, se ha enredado con una invasión de la isla de Chipre a la que a veces llama Alashia controlada por los Hititas y me ha hecho la picha un lío cambiando el nombre de Troya mil veces por otros como Ilios, Wilusa, Wirudja, Wilios y su puta madre, pues nada, aquí me quedo. Encima de no centrarse en el tema del libro, que es la Guerra de Troya se despista cosa mala y no va al turrón. Menuda engañifa. Ya he vuelto a pedir pizza y me han traído una hamburguesa de mierda. Si hubiera tenido huevos en lugar de titularla "Troya" la habría titulado "Wilusa". O somos o no somos. Si los aqueos son tan malignos, caramba no uses sus nombres. Que esa es otra, los aqueos son muy guarros y malignos pero la panda de mercachifles ésos de la isla, tan civilizados y limpios ellos tienen esclavos. Sí, amigos, los mercachifles tienen sus esclavos. Y hasta un león cobarde de mascota que huye de unos carneros. Chispeante todo. Y la cosa termina en la página 533 así que con tanto casquete y tanto consumo de drogas, tanta hierba y tanta polla no le va a dar tiempo a tratar sobre la Guerra de Troya. Oiga, señor, yo quiero ver arder Troya. Pues no. Y luego te va y mete extractos del Timeo y Critias de Platón, un elenco de personajes y un seudodiccionario para que no te hagas la picha un lío. Pero paso de estar mirando esa mierda cuando estoy leyendo. ¿Cuál era Acaya? ¿Y Wirudja? Anda y vaya usted a la mierda. Cuatro palabras diferentes para hablar de lo mismo. Eso es literatura, sí señor... Lo dicho que se vaya a cagar a Troya... Al lado del papel higiénico lo voy a dejar para futuros apretones...




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