jueves, 3 de diciembre de 2020

El niño del exorcista...

 Bueno, en el post anterior eché sapos y culebras. Me suele pasar cuando hablo de Los últimos tolais. La verdad es que tengo muy preocupada a la familia, más que nada porque llevo dándoles la chapa desde que se perpetró la película. Cuando oigo o leo algo de ésa película me comienzo a transformar y me vuelvo como la niña de El exorcista, menos la pota de guisantes, que yo soy muy limpio. Pero el resto, todo. Bueno, casi, lo de la cabeza tampoco he podido hacerlo que tengo las cervicales delicadas. Empiezo a hablar raro, gruñir cual jabalí enfermo y a gritar "miiiraaaa lo que ha hecho la guaaarrraaaaa de Rian Johnsooooon". Espeluznante y aterrador. 

Así que si en el post anterior he ofendido a alguien, camareros, transexuales, Panteras Rosas, operadores de marionetas, gentes de las ONGs, matemáticos, triceratops enfermos y demás les pido perdón. Es superior a mis fuerzas. No puedo evitarlo. Tengo aquí abajo la medicina que me ha recomendado mi terapeuta, el Dr. Muerte. ¿Qué pasa? ¿es Doctor, no?

 
 
Pues eso que procuraré no soltar más exabruptos sobre esa puta mierda de película... perdón, sobre ése "largometraje" (largo sí se me hizo, la verdad...) Ea, ya estoy otra vez. Bueno, tendré que verme de nuevo El Imperio contraataca a ver si se me pasa.
Cuídense y sigan frikeando...

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