miércoles, 18 de enero de 2023

¡¡¡VIVA BEASTMAN!!!

Beastman fue el primer Master del Universo que me compraron. ¿Un hombre mono de color naranja? Para casa que se viene, pensé. Luego vinieron otros pero él fue el primero y siempre le he tenido cierto aprecio. Incluso recuerdo haberme indignado con su papel en la película de los ochenta protagonizada por Ivan Drago, digoo, Dolph Lundgren. 

Arriba, el diseño de William Stout para el personaje... 

Aquí el amigo Beastman (primero por la derecha e interpretado por Tony Carroll) con sus colegas de la película y el director.
 
Hace años en uno de los mercadillos de juguetes antiguos por los que solía pulular le compré un hacha de Jíman porque, vamos a ver, ¿qué puta mierda de arma es la que traía? Un puto látigo ¿Estamos de coña? Un látigo, no me jodas ¿qué es, el primo simiesco de Indiana Jones? ¿O le pega al sado? Vamos que de chaval y a día de hoy el arma que le endilgaron al pobre Beastman siempre me ha parecido una putísima mierda, así que ése día le compré un hacha del Jíman a mi figura que había logrado sobrevivir a mi infancia y a los oscuros tiempos de la adolescencia en los que te deshaces de todas tus cosas de niño. Pero el amigo Beastman aguantó como un jabato... Bueno, perdiendo algunas cosas por el camino (el puto látigo por ejemplo), pero más o menos entero...
 

Saliendo del mercadillo incluso me imaginé una historia en la que al final Beastman conseguía vencer al Jíman y le quitaba el hacha que desde entonces llevaba como un trofeo. Hace algún tiempo tuve un proyecto de fabricarme un castillo Grayskull para miniaturas, pensando que éstas serían más fáciles de obtener que las figuras originales. Incluso llegué a comprar un par de miniaturas de plástico blanco para representar a Beastman y a Man-At-Arms y las pinté para que se parecieran a los personajes de los Masters del Universo. 
 

Llegué a esculpir un cráneo con masilla para pegarlo en la entrada de un castillo cutre de plástico que tenía y al que pensaba repintar de verde pollito. En fin, es un proyecto que podría retomar cualquier día porque aún tengo por ahí el cráneo esculpido. 
 
Es cuestión de seguir buscando miniaturas parecidas. Cuando me lo compraron yo le estaba dando duro a los soldados de escala 1/72 y no se me ocurrió mezclarlos con el Beastman que habría sido un gran King Kong o un estupendo Mytek. En fin, cosas de ser un chavaluco con poca imaginación. Pero vamos, resumiendo: 
¡¡¡VIVA BEASTMAN!!!

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