lunes, 6 de noviembre de 2023

DE COMPRAS EN EL EXPOCÓMIC

 Bueno, no se llama ya Expocómic...  ni Expofriki... creo que es Madrid Pop Up o alguna cosa así, no sé, no le eché mucha cuenta al nombre, la verdad. Nada más entrar ataqué el puesto de Studio Comics de Barcelona donde siempre he comprado desde que la feria se llamaba Expocómic y se celebraba en la Casa de Campo. Qué buenos tiempos aquellos, cuando la entrada era mucho más barata y el evento estaba lleno de tiendas... no como ahora. Allí me pillé cuatro cómics americanos a 2,50 cada. 
 


 
Los que me llamaron la atención y entraban dentro de un precio asequible para mí. Había muchas cosas interesantes de Superman en la Silver Age pero se salían del precio que me estipulaba mi cartera, ésa déspota infecta que no me deja gastar a tutiplén como me gustaría. En ése mismo puesto aproveché luego antes de irme para hacerme con un tomaco de Morbius, el vampiro viviente que venía persiguiendo desde hace tiempo. Y unos 15 eurillos más barato de su precio, lo que no está nada mal. También logré encontrar un libro sobre el cómic de terror en España que venía persiguiendo cerca de un mes. Lo vi en una tienda un sábado y al siguiente cuando fui a por él ya había volado. La historia de mi vida. Pero "el Pingüino siempre se lleva su parte" como decía Oswald Cobblepot en aquella magnífica historia de Batman titulada Tierra de nadie.
 

 
Y luego en el stand de Aleta, además del libro Viñetas infernales de Pedro Porcel pude hacerme con los cómics que me faltaban de la saga Mundo de Invierno iniciada por Chuck Dixon y Jorge Zaffino de la que sólo tenía el primer tomo y que descubrí hace muchísimos años en la revista de Toutain Zona 84.


Y eso es lo que pillé en el Expofriki de éste año. En el Expomanga de septiembre pillé más cosas, la verdad, más que nada porque eran 3 pabellones más. Para que luego hablen de "la burbuja del manga". En fin, esperemos que en años sucesivos haya más tiendas en las que rebuscar cual skaven adicto al pervitín porque lo que es éste año no había mucho donde rascar. Pero francamente, lo dudo. En otros tiempos habría salido de allí con la mochila repleta de cómics y un par de bolsas también llenas de tebeos... Está la cosa jodía, chacho...

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