miércoles, 18 de junio de 2014

John Rambo puede matar todas sus neuronas gafapastas. ¡¡NO LO DUDE!!

Decidido a terminar por completo con todas las neuronas gafapastas que me quedan en el caletre, el otro día me dio por meterme por las córneas Acorralado y Rambo, acorralado parte II seguidas. En tándem como dirían en Grupo salvaje. Festín de tiros y brutalidades al canto. ¿Se puede pedir más? La primera estaba basada en un libro del amigo David Morrell, que ha tenido varias ediciones en español, una de ellas en la colección de novela negra El club del misterio



Naturalmente me han entrado ganas de leerla, así que en cuanto tenga un rato libre me pondré a bucear por el antro a ver si encuentro la edición que tengo. La verdad es que a pesar de la mala prensa del personaje me lo pasé como un enano. Ya sé que son pelis "de tiritos" como dicen algunos culturetas, pero tengo la ventaja de que suelo dejar el cerebro en reposo cuando me pongo una peli.


La que monta el amigo al final de Acorralado es una risa, menudo pifostio que lia el pájaro. El pueblo lo deja fino, preparado para albergar unos mundiales, vamos. Relaxing balacera en el centro del poblaco, si señor. En cuanto a la segunda parte, bueno pasando por alto el discursito que vomita el amigo Rambo sobre el amor que profesa a su país y toda la pesca, el resto de la peli es una simple película de aventurillas en la selva. Las frasecillas del coronel Trautman en ambas entregas son para enmarcarlas, todo aquello de que "este hombre ha comido cosas que harían vomitar una cabra" o "a lo que usted llama infierno él lo llama hogar". Para partirse la caja pero a base de bien. 





La pena es que la cuarta peli, cuyo final es digno de un episodio de Rasca y Pica la vi hace poco así que no podré meterme otras dos pelis de Rambo seguidas. Pero bueno, puedo ver Rambo III para finalizar con las neuronas jipsters más resistentes que me queden. Por cierto he visto algunas fotillos curiosas sobre el personaje, como por ejemplo un improbable crossover entre John Rambo y Dutch Schaefer, el mercenario de Predator interpretado por el también clembuterónico Arnold Schwarzenegger. La imagen es de una página llamada www.poeghostal.com, imprescindible si les pirran los muñecos, perdón, las figuras de acción.


Así que ya saben, si quieren aniquilar todas sus neuronas gafapastas y echarse unas risas con el coronel "Trauma" y sus frasecillas cachondas pónganse las pelis de Rambo.


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