De verdad que no sabe uno en qué coño están pensando los guionistas, editores y demás agentes de Marvel. No sabe uno si tienen un cerebro o una zapatilla vieja metida en el cráneo. Tampoco sabe uno si hacen estas cosas para venderle cómics a gente que no suele comprarlos. Lo que sí se es que los que los compramos habitualmente, con este tipo de chorradas, solemos dejar de comprarlos. Dejamos la serie y en paz. Primero porque la idea es una gilipollez que ya se ha hecho. Y segundo porque está hecho para vender, no para contar historias, que es lo que un lector de cómics quiere, historias, no fenómenos de ventas. Veo la mano de algún esclavo del márketing por aquí. Eramos pocos y parió la abuela, aquí abajo tienen ustedes la noticia, que he conocido por el blog Calvin's Canadian Cave of Cool. A saber, a finales de año THOR TENDRÁ TETAS. SU NOMBRE SERÁ... ¡¡TETHORRAS!! (bueno, esto último, me lo he inventado claro).
No sé si es que ha cambiado de sexo en algún tugurio de Midgard pero me barrunto que lo que han hecho es darle el martillo a una tía. Problablemente sea una de las hijas del Thor viejales que ha ido saliendo actualmente en la colección. ¿Pero qué han hecho con el cadáver del viejo Thor? ¿Meterlo por ahí hasta que las ventas caigan tanto que tengan que exhumarlo de nuevo? Es una pena. Las feministas no creo que compren muchos tebeos y habrá que ver cómo le sienta esto a los viejos fans del personaje. A mí personalmente ya me toca los cojones tanto cambio chorras. No es que me moleste leer sobre personajes femeninos, sobre todo si llevan poca ropa, pero cuando quiero leer sobre uno de ellos, sobre un personaje femenino guerrero, pues hay muchos que por lo menos son originales, como Red Sonja por ejemplo.
Matan a Lobezno y ahora le ponen tetas a Thor. Qué luminarias, qué grandes ideas, qué innovadores... lo más cool del mercado. Joder y nos quejábamos de los Nuevos 52 de DC Comics. Mi bolsillo se lo agradece porque así tendré una colección menos que comprar. A este paso dejo las grapas y me dedico a comprar tomos. Y salteados de vez en cuando. Manda guevos, que dijo aquél.
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